En un momento en el que España ha comenzado a apostar intensamente por potenciar lo que antaño se conocían como ‘oficios’ -como prueba la inversión récord de 1.200 millones de euros anunciada esta semana por Pedro Sánchez-, el modelo de éxito de la FP alemana se erige como ejemplo para principiantes.

En España, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el paro entre los menores de 25 años es del 30,2%, 10 veces más que en Múnich.

Y uno de los responsables de la abismal diferencia entre uno y otro territorio no son las horas de sol ni el tipo de gastronomía, sino la calidad y el grado de implantación de la formación profesional dual.